12 de octubre 2008
La gran mole de seis pisos creaba una especie de muro frente al mar. Los habitantes del pueblo, gente de mar, pescadores, paseaban por las dunas para echar un vistazo al hotel que el alcalde Pické había decidido levantar en aquellas playas. Las obras estaban ya bastante adelantadas y se podían ver desde lejos el gigante de piedra alzarse desafiante frente a la costa.
Nadie podía imaginar entonces qué podría ocurrir ciento treinta y ocho años después. Y mucho menos que en la habitación 164 pasado tanto tiempo alguien descorrería las pesadas cortina y se asomaría en una noche de tormenta a ver las luces de una plataforma de extracción de petroleo.
._. Edificios en las playas, me recuerda a la masacre que ocurre día a día en Tarifa…