Preludio en Tristeza mayor

8 de diciembre 2008

Aquello era el principio, aunque ella no se diera cuenta en ese preciso momento; lo que ocurría  era tan sólo la introducción a movimientos más complejos que habrían de llegar. Un ritmo obstinado le repetía lo que ella ya sabía una y mil veces.

Pudo haberse dado cuenta de lo que se le venía encima, pero intentó mirar para otro lado, pensar que aquello que su corazón le alertaba no tenía fundamento, que seguro él cambiaría y serían felices . Pudo darse cuenta en el preludio, pero no lo hizo y la fuga repetía una y mil veces la misma escena , la misma melodía con diferentes tonalidades. Ahora ya solo espera. Espera, sumida en una profunda trsiteza, a que la coda ponga el fin a quella pieza.

Published in: on diciembre 10, 2008 at 12:06 am  Deja un comentario  
Tags: , , , ,

Nº 6 en La Menor

29 de octubre 2008

Los cencerros de vacas simbolizarían la soledad del hombre en la naturaleza, el xilófono, que jamás antes había utilizado, era la risa del diablo, las campanas el credo y el martillo el destino. El destino. Tres fuertes golpes de martillo se oirían en el Finale. Componía la más trágica de todas sus sinfonías y quería representar la lucha del hombre y la muerte, la confrontación de un hombre y de todos los hombres del mundo.  Necesitaba inspiración y acabarla en ese mes de julio, pero esos tres martillos le golpeaban la cabeza impidiéndle continuar. Tres golpes de martillo para el Finale. Tres golpes de destino.

La muerte de María, con apenas cuatro años, su forzada dimisón y la enfermedad le esperaban tan sólo un año después.

Líneas paralelas

26 Marzo 2008

Noches de vino y jazz rezaba la invitación. Un extraño maridaje entre una presentación de un vino cosecha familiar y una bigband en un cuasitugurio cercano a Gran Vía con aires de esplendor art decó y camareros empalagosos. Mari Ángeles, ingeniera convertida a la alquimia de la vid, presentaba el Vihucas edición limitada a la vez que orquestaba una cata de las de paratodoslospúblicos. Primera botella y la banda de Santigo de la Muela comenzaba a ritmo de swing. Dum, dum, dum, piripiiiii, turumtu dan, dum dum dum. Una veintena de negro entre trombas, trompetas, saxos y la sección de ritmo. Blancos de negro. Todas las cosas no son lo que parecen. All the things guaraguaraguara. Traducción simultánea al micro intimidado por la dimesión de sus colegas de ruidos. Tiripa, taratarata. Aplausos tras los solos. 27 malocos de mediosiglo por barba hablando de vivienda comunal, urbanismo, ecología y la Comuna Número Uno alemana. La suya, la Maloca, especie de proyecto ideológico de los noventa, de 600 metros para 27, era una especie de neocomuna en la playa. Un bioarquitecto, un catedrático de Filosofía y un experto en protoma. Dum dum dum durum durum dum dum dum, contrabajo. Ritmos brasileños, composición de de la Muela, notario por obligación y maestro de ceremonias. Y más aplausos. Aplausos de nuevo tras los solos. Más aplausos. Sin orden, ni concierto. Las manos. La banda en equilibrado desorden. Una nueva botella de Vihuca. Una trombonista alemana le daba a la vara. Las conversaciones giraban como las cabezas entre jazz, tertulias semanales y bodegas de Uclés. Hollejos y pepitas, y alguna hojuela descarriada. Cada cual con su vida. Astrigencia en la lengua. Corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas garabateando el rayado. Parapaaaa. Solo de Jonhatan a la tropeta, mientras apuraban la segunda botella. De nuevo aplausos como un multiorgasmo. taratum, taratu, taratum, chasss.

Por un momento se sintió arrastrado por la tronadora sección de viento de la bigband en el Cafe jazz Berlín. Unos segundos ifinitos de sueño musical. Cambio de clave. Unos segundos en los que se olvidó por completo de si mismo, de su úlcera de estómago, de las ganas de vomitar con las que entró en el local tres horas antes y del mal trago que había pasado ese día despidiendo a una amiga en el trabajo. Cerró los ojos y se dejó llevar por la lineas paralelas.

Published in: on marzo 27, 2008 at 1:33 am  Comments (3)  
Tags: , , , , , , , , , , , ,