Futuro

24 de agosto 2008

Abrió el correo y descubrió que vivía en el futuro.

«Hola. Espero que cuando recibas este mail estés bien. Espero que hayas disfrutado de la vida tanto como hoy te deseo. Seguro que has triunfado, que terminaste arquitectura y tienes ahora un buen empleo, una casa y por lo menos, me aventuro a decir, un hijo que será igual que tú. Estoy seguro que serás alguien importante; tan importante que tal vez no tengas ni tiempo para leer este correo y lo abra tu secretaria…»

Lo había olvidado por completo. Había sido un juego hacía veinte años. Se había mandado, a través del servicio Futurmail, un correo electrónico al futuro. Un mecanismo sencillo: bastaba que los servidores de correo retrasaran la entrega en los años que seleccionases. Posiblemente la empresa hubiera ya desaparecido pero el mail había quedado colgado en alguna parte del ciberespacio hasta que llegó el momento. El día de hoy. Veinte años después.

– «Estoy seguro que conseguirás todo lo que te propongas, seguro que lo conseguiremos. Un beso fuerte. Nos vemos en veinte años.»

En un segundo lo recordó todo. Justo el momento en que escribió aquellas líneas hacía veinte años, con unas ganas de comerse el mundo que se habían ido desvaneciendo con el paso de los años. Una lágrima le recorría la mejilla.

Espejo

23 de agosto 2008

Se miraba en el espejo: recorría el rostro de arriba abajo. Todas las mañana cumplía con la misma rutina: ducha, afeitado, peinado rápido, pero a esa hora estaba siempre tan dormido que no tenía casi tiempo para enfocar lo que veía en el espejo. Hasta el primer café era un autómata. Aquella mañana, no se sabe bien por qué extraña razón, se miró. Es decir, miró al espejo, que a su vez le devolvió la imagen de un señor mirándose al espejo.

Había perdido pelo; bastante. Las entradas ahora eran un espacio ralo y brillante que había retrocedido casi dos dedos. El pelo clareaba, podía casi contar los cabellos uno a uno que intentaban tapar, sin mucho éxito, la parte frontal. Y ya no tenía algunas canas, aquellas que tan simpáticamente recibió hacía unos años; ahora toda la cabeza eran canas. Habían ido apoderándose de la cabeza, en silencio, sin anunciarse, sin tan siquiera decir «hola estamos aquí, nuestra misión es colonizar», hasta conferir un aspecto metálico al poco pelo que quedaba. Se miraba a los ojos y se descubría hacía pocos años. Si, era el mismo; pero distinto. La misma mirada, el mismo iris, los mismos párpados, pero más hundidos, como queriéndose esconder, rodeados de unas minúsculas arrugas, que aunque es cierto que era necesario acercarse bastante para apreciarlas, le conferían a todo el contorno de los ojos un aspecto de carne muerta. Sí, tal vez fuera eso; parecía el mismo de hacía veinte años, pero como en una reproducción de carne muerta. Como aquellas inquietantes figuras del Meseo de Cera. La cara había perdido brillo, las manchas comenzaban a abundar y las cejas habían crecido bastante. Odiaba aquellos pelos que saltaban unos sobre otros creando una maraña descuidada.

Y sí, parecía que las orejas también habían crecido. Era increible, pero se parecían a las orejas de su padre. Aquellas orejas que su madre adecentaba con unas tijeritas pequeñas cuando él era un chaval. Grandes, afiladas y con un lóbulo en forma de gota que nunca parecía caer.

El descubrimiento le hizo temblar. Temblar internamente. Y no fue el hecho de verse más viejo, de notar que con 43 años empezaba a tener cara de viejo, de poder imaginar incluso cómo podrían ser sus rasgos diez años más tarde, pasados los cincuenta (bastaba continuar la progresión de todos aquellos cambios que frente al espejo esa mañana observaba). No. Lo que le hizo temblar no fue verse mayor, descubrir que a los 43 ya no era joven, sino descubrir que cada vez se parecía más a su padre.

Loco

22 de agosto 2008

– ¡No estoy loco, tienen que creerme! -gritaba a los celadores y enfermeros que intentaban reducirlo- Soy Ethan Jensen, cronohistoriador. De la Facultad Johanson. Vengo del año 2118. Me han enviado para hacer un registro de vuestra historia y saber qué ocurrió con John Titor. Tienen que creerme, no estoy loco.

Decía la verdad.

Espectros

21 de agosto 2008

Estaban sentados en una terraza de Ópera; ella con su novio, él sólo. Apenas cuatro metros separaban las dos mesas. Ella discutía, cualquier cosa que había ocurrido el día anterior. Él ojeaba una guía de viajes. Nunca se habían visto antes. Los dos viajaban con la vista por el cielo, por los jardines del Palacio Real, por un grupo de palomas devorando una bolsa de cualquier cosa, por el chorro de agua de la fuente a lo lejos,.. De repente sus ojos se cruzaron. Se miraron y sus cuerpos se separaron unos segundos de la piel. Se despegaron de sus sillas y corrieron al encuentro enlanzándose en un profundo abrazo. Sus labios se unieron y se fundieron en uno sólo.

– ¿Me haces caso?- comentó el novio- Estás como ida.

-¿Qué tomará el señor?- en una mesa a cuatro metros.

Y los cuerpos volaron y se pegaron de nuevo a sus carnes.

Poesía

20 de agosto 2008

Quisiera escribir mis versos más bellos esta noche. Imitaba al chileno en una bella carta salmón.

Quisiera crear un poema que acaricie tembloroso este papel. Corregía.

Quisiera decirte te amo como jamás te dijeron. Retocaba más directo la frase a su amada.

Quisiera expresar con mi pluma lo que mi corazón siente. Poetizaba engolado.

Quisiera transmitir mis anhelos profundos para que conozcas mi alma desnuda. Volaba afectado.

Mientras, su pretendida gritaba en la cama con otro poeta más decidido.

Botón rojo

19 de agosto 2008

Justo cuando estaba a punto de marcharme lo ví. Estaba escondido en la esquina. La esperaba aprovechando la oscuridad de aquella noche sin luna. Yo sabía lo que iba a hacer; sabía que justo cuando ella doblara aquella calle él aparecería, como de la nada, sin dejarle tiempo para reaccionar; sacaría la navaja y la clavaría sin compasión doce veces a la altura del estómago hasta dejarla tendida en el suelo sobre un charco de sangre. Después huiría tirando el arma en una alcantarilla cercana.

No sabía qué hacer. Ella avanzaba sobre unos finos zapatos de tacón, con ritmo acelerado, escondiendo algo bajo una gabardina que parecía de hombre. Las gafas oscuras no conseguían la función de enmascararla, más bienlo contrario.

Él se mantenía agazapado tras el saliente. Miraba la hora, con gesto nervioso o tal vez de una forma automática.

Ni un sólo ruido en la calle, tan sólo unos zapatos avanzando por el empedrado. No sabía qué hacer, intentaba incorporme pero no lo conseguía. Sabía que el momento estaba cerca, aunque se alargaba en un interminable tac, tac, tac de tacón-piedra.

No pude más, estaba muerto de sueño y la había visto por lo menos un par de veces. Apreté el botón rojo del mando y me fuí directo a la cama.

Sin azúcar

18 de agosto 2008

No tienes ni idea de lo que sufro.- escribió a mano con preciosa letra de mujer. Tomó un café sólo, sin azúcar. Cuando me senté en aquella mesa de mármol viejo la taza aún estaba caliente, y junto al sobrecillo sin abrir reposaba aquella frase en una servilleta doblada en cuatro. Desde entonces no puedo dejar de pensar en ella.

Informe

17 de agosto 2008

En el día 23 de febrero del presente año, a las 10,17 horas de la mañana, se recibía en el Centro de Atención al Cliente de la compañía la llamada en cuestión del señor Hipólito J. Fernández, en adelante H.J.F. de 43 años y usuario de nuestro producto Extreme desde hacía 4 años, 3 meses y dos días. La llamada es recibida por la operadora Carla J., estando de servicio esa mañana ella misma, Paquita H. y un servidor como coordinador del call center. El cliente, al que después de recoger los datos que se detallan en el Manual de Procedimientos Ampliado, bajo el epígrafe «Recepción de Llamadas Entrantes» se verifica que es cliente de la compañía y que se encuentra a corriente de pago. Para ser más exactos el señor H.J.F. tenía contratada la versión Premium del producto por lo que se activó el protocolo 5.4 Major Customers, relatado en la página 156 del citado anteriomente protocolo. En la ficha de recepción y valoraciones se explicita, transcribiendo las palabras del cliente, que su producto es «víctima de un funcionamiento extraño», queriendo solucionar el mismo a través del Módulo Asistencia Telefónica 24×365 contratado. Se recibió su queja tanto en formato grabación, accionando la opción CRM Ware Suit Contact, como por escrito digital, que luego se remitiría al parte diario de Solicitudes y Quejas. Estando las líneas de transferencia técnica especializada ocupadas se solicitó amablemente a don H.J.F. aguardase unos instantes hasta que se le remitiera con un especialista de Segundo Nivel. La llamada esperó, y así quedó reflejado en el kit unificado APIs, 87 segundos, enlazada con el hilo musical «X-perience». Como la señorita Carla J., facilitadora de la susodicha llamada, consideraba que la espera había sobrepasado el rango de «Espera cortés media», a punto de alcanzar el minuto y medio, retomó de nuevo la misma para informar al cliente que «debido a unos pequeños problemas técnicos la ayuda especializada de Segundo Nivel estaba ocupada y que tendría que esperar unos segundos más». El cliente, algo malhumorado, increpó en el teléfono a la señorita en cuestión, refiriéndose concretamente a la madre de la misma, añadiendo alguna frase hecha de corte misógico -mujer tenía que ser- y propinando desagradables comentarios sobre el mal servicio técnico que ofrece nuestra compañía. Ante esta situación, y sigiendo estrictamente el protocolo 19.3 del Reglamento de «Crisis on Inbond Calls» informó de nuevo al cliente que tenía que esperar y le enlazó esta vez con el hilo musical «Relax Mixing». Por la información que quedó reflejada en el software de centralita la llamada aguardó 13 segundos más y colgó, quedando la línea de nuevo libre para la recepción. A la pregunta de «¿A través de qué servicio del CallCenter pudo el señor H.J.F. escuchar la frase: «Ahora te vas a cagar cabrón?«, que concretamente nos hace la Dirección de esta Compañía, después de haber recibido queja de susodicho cliente, no obra en mi conocimiento, como supervisor del centro esa mañana, ni en el de la señorita Carla J., como receptora de la misma y responsable del cierre y vuelco de reacciones telefónicas de Entrada, una respuesta que pueda esclarecer la misma. Atentamente. Francisco M. Peña, supervisor.

Entendimiento

16 de agosto 2008

Él disfrazaba con sus pensamientos su mirada. Ella conseguía disfrazar con su mirada sus pensamientos.

Se miraban y sabían en lo que pensaban.

Published in: on agosto 23, 2008 at 11:24 pm  Comments (1)  
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Jodido

15 de agosto 2008

A veces estoy jodido, si jodido y no sé por qué. Siempre me pasa en los momentos en los que no tengo razón para estar así, pero tal vez por eso, me siento tremendamente jodido. Un puto coñazo que no consigo quitarme de la cabeza pero pienso: qué te pasa chaval. Y si pienso, zas, jodido. Me jode pensar. Además me duele la cabeza. Y si me duele la cabeza, mucho peor. Más jodido. Jodido y con dolor de cabeza. Una puta mierda. Mejor no pensar, pero es que es imposible. Cuanto más intento dejar de pensar en eso, más me rayo. Y noto que me va a pasar, que ya viene. Y no puedo hacer nada, veo cosas y sudo. Sudo jodidamente. Un puto sudor frío que me empapa. Y me siento fatal, de verdad. Tal vez tenga algo, pienso, pero me da yuyu pensar que tengo algo, y empiezo a darle vueltas a si tengo un cáncer en la cabeza, o una puta enfermedad en las neuronas. Me rayo. Joder, y no se salir de aquí. Y tal vez necesitaría ayuda. Pero no puedo pedir que nadie me ayude, me jode que me vean así. Jodido, rayado y sudando. Me quedo quieto sin hacer nada. A veces también lloro, no siempre, pero a veces lloro y me hago pequeñito, en una esquina. La cabeza parece que me va a estallar. Y me veo como un niño, desnudo, y no quiero que me peguen. Lloro. Y puedo estar así un buen rato, hasta que se me pasa un poco y me limpio los mocos. Y me quito la puta camiseta de los cojones, que está fría. Me la ato a la cabeza y espero. No se a qué espero. No quiero que venga nadie. Quiero quedarme allí sólo, esperando que todo pase, que dejen de gritar. Que no me toquen. Y me duermo, y a veces, no siempre, sólo cuando lo he pasado jodidamente mal, me despierto oliendo a meado. Pero todo se ha ido. Todo ha pasado. Y me miro la manos, y los brazos, y noto que estoy aquí de vuelta. Y ya no me duele la cabeza. Y se me ha pasado.

Soñar

14 de agosto 2008

Cuando hacía el amor con su mujer imaginaba que estaba en la cama con otra; soñaba con una joven de pelo oscuro y sexo indomable. Tomaba el cuerpo de su esposa, lo acariciaba, lo besaba, lamía hasta el último rincón de su piel y pensaba en su amante. Perdió la cabeza y soñaba con ella a todas horas, mientras su mujer le servía el café, a la hora de la cena, en la misa del domingo; no veía a su mujer, le acompañaba siempre, en una ensoñación, su bella amante. Y lo abandonó todo. Abandonó su casa, su vida aburguesada y tranquila, su empresa y se fugó con la joven muy lejos.

Ahora, cuando hace el amor con ella, y mientras la amante grita de placer y él sudoroso de pasión enreda los dedos en su pelo alborotado sobre la almohada, no puede quitarse de la cabeza la imagen de unos labios. Cierra los ojos y sueña que besa a su mujer.

Tarde

13 de agosto 2008

Cuando me di cuenta de que estaba muerto ya era demasiado tarde para hacer otra cosa.

Published in: on agosto 23, 2008 at 10:38 pm  Deja un comentario  
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Me gusta bucear

12 de agosto 2008

Me gusta bucear. Porque no puedo respirar. Y es como si me muriera un poquito. Como si abandonara mi cuerpo, mi vida, mis funciones básicas. Soy un muertito aleteando en una especie de líquido amniótico interminable. Voy soltando burbuja a burbuja todo el aire que queda en mis pulmones hasta que empiezo a marearme, a ver que todo empieza a difuminarse y se funde. En ese momento una fuerza superior tira de mi hacia la superficie y la vida me abofetea para que hinche de nuevo mis pulmones de oxígeno revitalizador.

Pero en esos segundos en los que toco la muerte son en los que me siento más vivo que nunca. Soy feliz y pleno.

Estoy seguro que un día venceré a la fuerza y ganaré y ya nadie me podrá sacar de allí. Y viviré para siempre buceando, tranquilo, sereno, y seré parte de la corriente azul que me llevará de nuevo a casa.

Published in: on agosto 20, 2008 at 2:44 am  Comments (2)  
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Abducción

11 de agosto 2008

Lo primero que pensé al entrar a la sala de reuniones fue «Menudos gilipollas». Hablaban del concepto creativo, unos niñatos de menos de treinta con zapas de color turquesa y pantalones verde manzana. Parecía una reunión de surferos puestos hasta el culo de coca.

– Creo que hemos enfocado bien el briefing, y hemos afilado la idea base- dijo uno de gafas de pasta tipo woddy allen.

– Yo diría que hemos canalizado la energía al valor añadido que sin duda reafirmará el posicionamento del producto, apuntilló otro con una corbata finita negra sobre una camisa hawaiana.

Hablaban de la argumentación de la promesa, de actitudes, proyecciones y el enfoque racional y emocional ¿Qué coño es el key insight? pensé. Recordaba haberlo estudiado pero estaba completamente bloqueado por la sarta de toterías que escuchaba. Estaban el planner, el director creativo, el director de arte, un representante del cliente -vestido impecablemente de gris marengo- y quien supuse era mi jefe.

Comenzaba a trabajar en aquella compañía por una rocambolesca coincidencia. A través de un conocido del amigo íntimo del tío de mi padre. Vamos que era algo así como un enchufado.

Estuve a punto de salir por patas de aquella especie de secta ultramoderna, pero aguanté hasta que sacaron los bocetos en cartón pluma de un yogourt superdesnatado sabor chirimolla para éxtasis de gorditas engañadas con mantener la linea. Aguanté. No es que me sienta un valiente por aguntar, realmente me daba miedo salir de allí, la verdad, y que se levantaran todos de repente, como en las películas, se les encendieran los ojos, y me devoraran. No se, me dio cague levantarme, asi que me quedé sentado en una silla giratoria de metacrilato naranja sin abrir la boca.

Han pasado tres meses  desde entonces y creo que me van a ascender este mes. Algo me ha dejado caer mi jefe cuando le he presentado el debriefing de un nuevo zumo, a base de agua al 99% y unas gotas de maracuyá. Creo que he dado con el concepto. Estaba contento y al salir me he comprado mis primeras zapas DATE de ante y charol.

Ahogado

10 de agosto 2008

Se ahogaba en un vaso. En un vaso de tequila. Lo bebía a sorbos pequeños. Dos grandes lagrimotas le recorrían la mejilla para estamparse, plasss, plasss, contra la encimera de mármol del viejo café.

Published in: on agosto 19, 2008 at 10:04 am  Deja un comentario  
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Vida

9 de agosto 2008

Y si me equivoco.

Y si te equivocas.

Y si no somos el uno para el otro.

Empezaban así una equivocación que duraría más de sesenta años. Hasta que la muerte los separara, después de un matrimonio largo y feliz.

Relativo

8 de agosto 2008

Nació con sólo dos brazos en un mundo en el que aquella raza de humanos tenía tres extremidades superiores.

– El niño nació con una pequeña deformidad- anunciaron los médicos a los familiares que se encontraban aguardando el fin del parto.

Un pequeño monstruo, pensaron todos al verlo mover sólo dos pequeñas manitas.

El pozo

7 de agosto 2008

En una operación a gran escala registrada por as cámaras de televisión de medio planeta el ejército intentaba rescatar el cuerpo de Medelín González de 5 años, atrapado en el fondo de un pequeño pozo ciego, al que cayó mientras jugaba a fútbol. Los lloros habían cesado desde hacía más de cinco horas y ya eran dos los días que los bomberos se afanaban en el rescate. Inyectaban oxígeno por la boca de la fosa mientras buscaban un nuevo plan para hacer ascender al pequeño a lo largo de los 35 metros de estrecho tubo de barro. Hacía poco que habían deshechado la idea de cavar un pozo paralelo al haber topado con un pequeño manantial que rápidamente invadió el canal contiguo. Un derrumbe de tierras adyacentes les obligó a cerrar la gelería. Achicaban agua, inyectaban oxígeno y bajaban una pequeña cámara para comprobar el estado del pequeño.

Tardaron todavía otras seis horas hasta que consiguieron que uno de los bomberos, uno chaparrito, bajase como una lombriz por las paredes de aquel angosto agujero. Dos horas más tarde el bombero sacaba el cuerpo del pequeño envuelto en una toalla embarrada. Con las últimas luces del segundo día, los equipos de rescate furon desmontando todo el dispositivo, las teles recogieron sus cámaras y elpozo fue clausurado. El pequeño fue enterrado dos días después. Cinco metros bajo tierra.

Published in: on agosto 19, 2008 at 12:07 am  Deja un comentario  
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Dos deseos

6 de agosto 2008

Le ofrecieron elegir entre dos deseos: o viajar por el tiempo o por el espacio. Eligió el tiempo, cincuenta años por delante. Sabría lo que ocurriría tras su muerte, conocería a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Sabría en qué se habría equivocado su generación y cómo sería el mundo que dejaría a sus nietos. No sólo conocería sus equivocaciones sino las que cometerían sus hijos. Comprobaría cómo sufrirían los hijos de sus hijos aquello que todavía no había ocurrido. De repente pensó que tal vez no existiera nada en cincuenta años. Lo sabría todo, aunque no podría hacer nada para evitarlo.

Pensó que no podría superarlo. Y pidió cambiar su deseo: solicitó viajar lejos, lejos, por el espacio.

Published in: on agosto 18, 2008 at 11:43 pm  Deja un comentario  
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Casandra

5 de agosto 2008

Sólo ella lo sabía. Sólo ella sabía que aquella felicidad era pasajera y no duraría más de dos años. Que llegaría un día en el que él moriría, en el que tras aquel terrible accidente las cosas cambiarían de forma radical; que antes perderían todo lo que tenían porque él se lo jugaría todo a una carta. Que antes del juego ocurriría lo del banco, que lo descubrirían después de que durante dos años consiguiese burlar a todos con aquellos pequeños maquillajes contables. Sabía, paso a paso, cómo ocurriría todo, cada episodio, cada desenlace, cada pieza de aquel rompecabezas. Sabía que lo descubrirían, que comenzarían la investigación, que lo culparían, que comenzaría el juicio y perdería todo lo que tenía. Que justo después se jugaría a todos los ahorros guardados a una sola carta. También los perdería. Sabía que antes de entrar en la cárcel estrellaría su coche para intentar, a la desesperada, salvar a la familia con un jugoso seguro de vida. Que no moriría en ese momento, sino unos días después fruto de un ataque al corazón en el salón de casa, tirado a los pies de aquella silla en la que ahora se encontraba tomando una copa de vino junto a ella. No podría hacer nada. Ni entonces, ni ahora, dos años antes de que todo ocurriera. Todo estaba escrito. Ella lo sabía. Pero también sabía que nadie la iba a creer.

01

4 de agosto 2008

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Nunca conseguiré escribir poesía en este maldito ordenador.

Published in: on agosto 16, 2008 at 12:06 am  Deja un comentario  

Estrellas

3 de agosto 2008

El estudiante de astronomía se perdía en aquella negra pantalla de ordenador imaginando puntitos distantes millones de años luz. Dejaba a un lado los libros de Mecánica celeste, Cosmología y Astrofísica. Apartaba a Brahe, Kirchhoff, Aristóteles y Kepler. Apagaba la corriente de su portátil y se dejaba volar observando aquella negra ventana al vacío.

Ojos

2 de agosto 2008

Era la mujer más atractiva que pudieras haber visto. la verdad es que no tenía nada en particular que llamase la atención. Si, es verdad que tenía un perfil bonito, un pelo sedoso y una nariz pequeña y afilada; labios carnosos, piernas afiladas y volúmenes bien repartidos. Pero no, no era simplemente una belleza física, o no al menos en cuanto al canon clásico de belleza clásica. Había algo más que nadie conseguía adivinar. Y, fíjate que eran visibles, pero nadie reparaba especialmente en ellos.

Había conseguido enamorar a todo el grupo de amigos. Allí donde ponía el ojo, había un hombre irremediablemente rendido a sus pies. No conocia la derrota. Iban cayendo, sin ofrecer reistencia, uno tras otro. Era tan embriagadora su mirada que se corrió rápido la voz.

Y se creó la leyenda. Al principio los chicos la miraban sólo para comprobar que era cierto lo que contaban, pero después del suicidio de aquel chaval no correspondido, la gente empezó a tomarse el tema en serio. Las mujeres obligaban a sus maridos a andar mirando al suelo si se sabía que ella andaba cerca, los solteros utilizaban gafas de sol para evitar un cruce de miradas y en algunos establecimientos públicos comenzaron a poner cortinitas en las ventanas para evitar miradas. Pero siempre había quien caía. Ella los devoraba casi a diario, y luego los abandonaba por una nueva presa. Nunca faltaron pretendientes. Llegaban desde lejos para dejarse atrapar por la rara belleza de aquella mujer.

La leyenda continuó hasta mucho después de su muerte. Pero nunca nadie descubrió dónde se encontraba el poder que conseguía que los hombres cayeran como chinches rendidos de amor. Nadie nunca lo supo. Escondidos, como agazapados detrás de una maleza de líneas verdes, dos pequeños lunares en su ojos izquierdo eran los culpables de aquella embriagadora mirada de seducción de la que ningún hombre pudo escapar.

Paradoja

1 de agosto 2008

Tenía la costumbre de cuestionárselo todo. Hasta que un día se preguntó si tenía sentido esa forma de ser.

90 segundos

31 de julio 2008

Harry atraviesa la calle hacia donde se encuentra el cuerpo abatido del francotirador. Mastica chicle. Tranquilo. La sombra de su revolver se dibuja junto a la escopeta del asesino en la acera. Lentamente la sube y le apunta a la cabeza.

– Sé lo que estás pensando. Si disparé las seis balas o sólo cinco. La verdad es que con todo este ajetreo yo también he perdido la cuenta, pero siendo éste un Magnum 44, el mejor revólver del mundo, capaz de volarte los sesos de un tiro ¿no crees que deberías pensar que eres afortunado? ¿Verdad que si Vago?

La  sombra del revólver y la mano del negro intentando acercarse a la escopeta, se dibujan en la acera, mientras el negro cañón apuntaba certero a su cabeza.

De repente, el sucio policía recoge la escopeta, baja su arma y se daba media vuelta.

– Eh!, Necesito saberlo. -desde el suelo le grita el francotirador abatido.

El poli se da la vuelta, le apunta de nuevo con la Magnum y dispara.

Clink. Sonrisa burlona.

Una sirena de policía sonando al fondo. El chorro de la boca de riego cierra la imagen de una calle de San Francisco.

Podía verla cientos de veces, la misma escena. Rebobinaba y volvía al momento en el que Eastwood volvía a cruzar la calle. Minuto y medio glorioso. No se cansaba de verlo.

Mil y Un

29 de julio 2008

De mil formas le pidió perdón. Mil ruegos para que no se marchara. Mil veces le dijo que había sido una equivocación. Mil tentativas para recuperarla. Mil planes de vuelta. Mil excusas. Mil empeños. Mil flores. Mil lloros.

Mil intentos en vano.

Ella tan sólo esperaba Un te quiero.

Published in: on agosto 13, 2008 at 12:52 am  Deja un comentario  
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Contrarios

28 de julio 2008

A ella le encantaba viajar, ver mundo y conocer nuevas culturas.

A él le angustiaba salir de casa, odiaba los aviones y gozaba durmiendo cada noche en su cama.

Disfrutaban juntos preparando las maletas.

Tres

27 de julio 2008

Había tres animales en aquella ventana a cualquier hora. De derecha a izquierda, siempre siguiendo este orden: un pequeño gatito vikingo a rayas naranjas, un gato grande y negro y un perro de pelos largos. Siempre observaban el frente, como a la calle, sin apenas moverse. Muchas veces tuve la tentación de acercarme y tocar el cristal para cerciorarme de que aquellas criaturas no eran de porcelana. A cualquier hora que pasaras frente a aquella ventana siempre se encontraban allí, quietos, en ese mismo orden con su vista perdida en el infinito.

Tres. Gato naranja, bola negra y perro peludo. Siempre en fila.

Un día no pude más y llamé a la casa. Toc, toc, toc. Me daba vergüenza lo que estaba haciendo, como un chaval llamando a una puerta desconocida para preguntar por tres animalitos en una ventana. Qué le importa a usted, podría decirme la dueña, ¿le molestan?, pues ande a investigar a otro sitio.

Me sorprendió la juventud de la chica que me abrió la puerta. Una mujer de menos de treinta, con una trenza rubia recogida en la espalda.

-No sé qué es lo que miran o buscan. Son unos bichitos extraordinarios, no dan nada de guerra. -explicaba la joven como desviando mi pregunta.- Nos los encontramos dentro cuando compramos la casa hace apenas seis meses y los adoptamos.

Me asaltaron tres dudas, pero no quise seguir preguntando.

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26 de julio 2008

http://www.eraunamorporinternet.es

Y siempre daba error 404.

Published in: on agosto 12, 2008 at 1:24 am  Deja un comentario  
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Blanca

25 de julio 2008

– Nos explotaba laboralmente. Desde que llegó, cambió nuestras cuentas del banco y gestionaba todos los rollalties de nuestras apariciones. El merchandising era decisión suya, … y todas las entrevistas.

– Acabó con nuestras vidas; para ella no éramos más que marionetas. ¿Qué váis a saber vosotros pequeñajos?, nos decía constantemente.

– Y nos acosaba. Se aprovechaba de nosotros, cada noche uno en su cama.- argumentaban uno tras otro, para sumar más y más razones que descargasen lo que acababan de hacer.

El mudo parecía el más nervioso. Gesticulaba y asentía a cada una de las palabras der sus compañeros.

El juez no daba crédito. La sala estaba a rebosar de prensa, el calor era axfixiante, gritos de niños, cuchicheos de mayores, lloriqueos escondidos por las esquinas. Los acusados tenían unas boces chillonas, se atropellaban al hablar, quitándose entre ellos la palabra y no era fácil hilar la muerte de aquella chica de cabello negro azabache y la tela de araña de odios, rencillas y envidias de aquellos siete pequeños señores. No aguantaba más.

– Quince minutos de receso -paró en seco el juez.