Tarot, Oráculos y Videncia

2 de marzo 2009

Sí, era un chiste, pero no me había hecho nada de gracia. Nos lo contó Julián cuando se enteró de mis intenciones. Siempre ha sido el graciosillo de grupo y, la verdad, se lo había puesto fácil. Todos se rieron y yo puse cara de circunstancias. Tenían que haber tenido en cuenta mi situación, después del divorcio la semana anterior y de la venta hacía dos días del estudio que tanto me había costado levantar para dedicarme al negocio del arte; necesitaba algo a lo que aferrarme.

Me habían dado buenas referencias de la tal Estrella Santos y de su capacidad para predecir el futuro. Y justo era eso lo que necesitaba en ese momento: un poco de claridad sobre mi vida.

¿Sabe alguien el chiste de la adivina?, -vociferó a los cuatro vientos en la mitad del bar.

Podía haber sido un poquito más discreto, digo yo, o haberme sondeado para ver si me sentaría bien el que hiciera chistes con un tema como aquel. Pero bueno, Julián no es lo que se puede decir una persona discreta; ya nos había quedado claro cuando contó aquel chiste de la muerta en el velatorio de la madre de Luis. Y bueno, es verdad, no es comparable el chiste de la muerta con el de mi vidente, pero a mí me sentó igual de mal. Pero lo peor de todo es que, aunque a mí me costase reconocerlo, el puto chistecito tenía su gracia.

Justo me di cuenta de que era gracioso a la mañana siguiente, cuando llamé a la consulta y todo ocurrió como Julián lo había contado.

-Gabinete de Estrella Santos, Tarot, Oráculo y Videncia, ¿Quién llama?, -contestó una voz femenina al teléfono.

– Menuda mierda de vidente! -estuve casi a punto de responder.

Published in: on marzo 2, 2009 at 1:30 am  Comments (1)  
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