17 de julio de 2008
Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste. Si piensas como siempre pensaste, harás lo que siempre hiciste.
El profesor le había ordenado escribirlo cien veces en la pizarra de clase. Cuando acabó la supercie negra del encerado, hizo una pequeña pausa, leyó una vez más aquel mantra y continuó pintando por las paredes hasta rodear todo el aula.