31 de mayo 2008
Alicia no sabía por cuál decidirse. Dos latas llenas de galletas. Cada una con un letrero. Y no sabía que hacer, si engullir una de las azules con el cartel crecer o si de las rojas con el de decrecer. No había término medio. O gigante o enana. Cuando parecía que estaba a punto de abrir una de ellas se dio media vuelta y corrió a la churrería de la esquina.