Paisaje con playa y esquimal III (café con hielo)

10 de febrero 2009

Podía haberle dicho que aquello se había enfriado, que ya no funcionaba y que necesitaba tiempo para encontrarse y pensar qué hacer con su vida.

Le podía haber dado la típica excusa de otra persona que le daba aquello que en ella no encontraba y le hacía despertar sonriendo cada mañana.

Podía haberle pedido una reflexión como las que hacían en terapia de pareja sobre qué esperaban cada uno de aquella relación, qué no les gustaba del otro o dónde creían que podían cambiar.

Podía haberle dicho que, después de aquellos cinco años, se había dado cuenta que ella no era lo que creyó que podía ser, que eran incompatibles y que se había equivocado.

Le hubiese dolido, hubiera llorado, maldecido o gritado; le habría pedido seguro una segunda oportunidad o se habría tirado a sus pies en una patética escena pidiéndole perdón y ofreciéndole un cambio. Pero no. Se había quedado sin palabra y sin saber qué hacer.

Desayunaban, cuando él le dijo que se marchaba, que no recogía sus cosas y que aquellas eran sus últimas tostadas. Pocas palabras y menos explicaciones. Sólo aquella frase que en su momento le pareció absurda: a veces me siento como un esquimal intentando tomar el sol en la arena de esta playa.

Composición nocturna con Playa y Esquimal 2

3 de febrero 2009

¿Puede uno sentirse como un esquimal en una playa? Y quiero decir, el típico esquimal de las tundras, con sus coletas, su capucha de pelo y su iglú en la típica playa del Caribe, con sus palmeritas, sus aguas turquesas y sus margaritas con rodaja de limón.

Pues así se sentía él. Había aprovechado una oferta irrepetible, según palabras de la chica que le atendió en la agencia, a Punta Cana, pensión completa, avión más hotel, desplazamientos y una pulserita que le permitía entrar en todas las celebraciones y fiestas de cartón piedra en los complejos que rodeaba el hotel.

Con unas bermudas ridículas de florecillas, y un gorrito que le habían dado en la recepción, notaba como el frío avanzaba por su cuerpo hasta helarle el corazón.

Composición nocturna con Playa y Esquimal 1

2 de febrero 2009

Él era un frío esquimal, ella una cálida playa.

Dicen que los polos opuestos siempre se atrajeron.