Breve

9 de octubre 2008

Daba vueltas alrededor de la luz. No sabía bien por qué. Era una atracción intensa, algo que no podía resistir y que le impedía ni siquiera plantearse por qué lo hacía. Era tan bonita, tan brillante. Se estaba tan bien allí, tan calentito. Tenía clara su misión en la vida y cómo quería pasar el resto de sus días. Tal vez no se hiciera más preguntas, tal vez no se planteara una alternativa, tal vez no pensara que había otra vida más allá. Seguro no se cuestionaba por qué daba vueltas sin cesar a aquella bombilla de 40 watios. Ya no era huevo, ya no era cresa, ya no era ninfa. Ya era un adulto. Una mosca adulto. Lo que no sabía era que le quedaban tan sólo dos días de vida.