8 de diciembre 2008
Aquello era el principio, aunque ella no se diera cuenta en ese preciso momento; lo que ocurría era tan sólo la introducción a movimientos más complejos que habrían de llegar. Un ritmo obstinado le repetía lo que ella ya sabía una y mil veces.
Pudo haberse dado cuenta de lo que se le venía encima, pero intentó mirar para otro lado, pensar que aquello que su corazón le alertaba no tenía fundamento, que seguro él cambiaría y serían felices . Pudo darse cuenta en el preludio, pero no lo hizo y la fuga repetía una y mil veces la misma escena , la misma melodía con diferentes tonalidades. Ahora ya solo espera. Espera, sumida en una profunda trsiteza, a que la coda ponga el fin a quella pieza.
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