23 de octubre 2008
Llueve con rabia en la ciudad. Y las gotas estallan con más rabia sobre la calle. Parecen como si quisieran borrar algo. Borran con furia los pecados de la ciudad, y se llevan por delante la lujuria desordenada e incontrolable de os amantes en los portales, la gula del exceso de la noche, los grandes banquetes y las mesas engalanadas del señor alcalde. Las gotas que estallan en las aceras barren con el deseo de dinero y riqueza excesiva, y con ellos corren la economía de mercado, el capitalismo y el consumismo. El agua se lleva también el olvido, la tristeza y la pereza; fuera depresiones. Con ellos y dejándose llevar por los regueros que forma la lluvia en el asfalto corren paralelos la ira, el enfado, la violencia y los deseos de venganza. Corren hacia las alcantarillas el deseo de poseer y con él el de privar. La envidia tiñe de verde la corriente. Corren los pecados por las calles con soberbia y orgullo sin saber que terminarán en las alcantarillas.
LLueve con fuerza. A la mañana siguiente la ciudad parecerá más limpia.
Me gustó mucho, ojalá realmente limpiara significaría que mañana sería un día limpio por aquí.
Por cierto, me inspiró mucho este cuento xDD voy a intentar hacer algo con los pecados capitales yo también… (últimamente, no entiendo por qué oigo muchas cosas sobre los pecados capitales)
Que no llueva demasiado, para que las alcantarillas no nos devuelvan toda nuestra desidia…