28 de septiembre 2008
– La partida no acabará hasta que el gordo de Minesota lo diga. ¿Ha terminado gordo?
Los dos cruzaban una mirada que escondía una duda. Contraplano del jugador delante de las lámparas bajas de un salón de billar.
– Puedo más que él, amigo. Le he ganado toda la noche y le ganaré todo el día. -cinco segundos infinitos cortaban el aire con una negativa.
-Soy tu mejor adversario, gordo; el mejor de todos. Y aunque perdiera seguiría siendo el mejor.
…
-Sigue jugando, es carne de cañón -fue la respuesta que todos esperaban.
Aquella noche las palabras sonaban distintas. Todos intentaban contener las lágrimas porque sabían que ya nunca seguiría jugando, que aquella noche todo había acabado para siempre, que ya nunca el buscavidas volvería a representar aquella escena.
Todos sabían que definitivamente, y ya para siempre, la partida parea él había terminado.
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