12 de julio 2008
Nadie pudo explicarse por qué lo hizo. Justo en ese momento después de todo lo que tuvo que haber pasado. Acababa de poner su vida en orden, aparentemente. Reconocía que mantenía un hijo desde hacía más de quince años, desde aquel viaje a Perú, que se había casado tres veces, divorciado dos. Había superado lo del alcohol, no sin esfuerzo. Aacababa de dejar su trabajo en la agencia, de sol a sol, para abrir una floristería en una calle cercana a la plaza. No pedía mucho a la vida. Quería ser feliz y compartirlo con todos. Comenzar una vida nueva. Acababa de cumplir los cincuenta y se encontraba mejor que nunca y con la madurez como para afrentarse a sus antiguos miedos y fantasmas. Parecía libre y feliz.
Por eso nadie entendió aquello: la encontraron con la cabeza partida en dos a los pies de aquel acantilado. Después de una semana desaparecida. Nadie supo, sin embargo, que sólo buscaba unos lys salvajes antes de resbalar.
No todo es lo que aparenta ser, y la gente siempre está dispuesta a pensar lo peor de los demás… qué triste..
Que razón tiene tu relato. Siempre se piensa lo peor de los demás sin verificarlo antes.Yo ahora siempre compruebo las cosas antes de juzgar porque tiempo atrás me he equivocado muchas veces. Muy bueno tu relato. Te invito a que te pases por mi blog pues también escribo relatos, poemas y reflexiones.Algunos son propios, otros de autores que me gustab. Los míos van con mi firma: L.Ferre Marzo.
Mi blog es: http//linilla.wordpress.com/
Saludos y enhorabuena por tu blog!!
Corto pero intenso, efectivamente las cosas no son siempre como parecen. Un saludo,
buscar Lys salvajes es siempre una buena excusa. Felicitaciones!