11 de junio 2008
-No serás capaz de matarme -espetó la víctima al asesino un segundo antes de que le hundiera, sin contemplación, la navaja en el pecho.
Por segunda, y última vez, se equivocaba esa noche.
11 de junio 2008
-No serás capaz de matarme -espetó la víctima al asesino un segundo antes de que le hundiera, sin contemplación, la navaja en el pecho.
Por segunda, y última vez, se equivocaba esa noche.
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Era inevitable… la emoción del reto, superó a cualquier tipo de lógica o razón. Me gustan tus micro cuentos