19 de mayo 2008
¡O monja o puta!, ¡O monja o puta! -le gritaban los niños en el colegio.
La frase le persigió toda la vida. Se llamaba María Magdalena Luz Divina Santos, por una de esas decisiones absurdas de unir los nombres de las abuelas en la nieta. La frase le pesaba como una losa. Y más le iba a pesar a lo largo de su vida. Aquellos fueron tal vez los peores, los del colegio, con una clase de niños tan dulces como crueles. «O monja o puta», la frase le acompañó durante su niñez y adolescencia como unmantra que le marcaba los únicos caminos.
Y tuvo que decidir qué hacer con su vida. Élla, María Magdalena Luz Divina Santos, terminó aprobando unas oposicioes para trabajar como profesora en el mismo colegio de primaria en el que había pasado toda su infancia.
Joe, qué desgracia…