7 de mayo 2008
Dejó de escribir justo el día en que llegó a París. Se había creado grandes expectativas de escribir sin parar en las Tullerías, en los campos de Marte, viendo correr el Sena desde el puente des Arts o junto a los viñedos de Montmatre que no podía encontrar explicación a aquel blanco creativo.
Fue regresar a Madrid y necesitar sentarse de nuevo en su portátil.
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