Zapatillas

25 de abril 2008

Le iquietaban aquellas zapatillas atadas sobre el cable de la calle. Era una especie de moda: todo Madrid estaba lleno de zapatillas colgadas en los cables que cruzaban las calles. Le llamaban shoefiti, el arte de colgar zapatillas. Y había todo tipo de teorías: había quien decía que no era más que una nueva forma de expresión juvenil, quien afirmaba que eran símbolos para señalizar matrimonios próximos o incluso pérdidas de virginidad, pero había teorías más oscuras que defendían que el par de zapatillas colgadas eran señales para delimitar zonas de venta de droga, puntos en los que se había cometido un asesinato o incluso señales de un próximo homicidio.

Había algo que no le dejaba dormir; y se despertaba a medianoche con la imagen de aquel par de zapatillas rojas colgadas justo frente a su casa, en la esquina de Corredera con Espíritu Santo. Llevaban allí desde hacían casi dos semanas y su presencia se había convertido en una obsesión. No era de los que se creían a la primera aquellas leyendas urbanas. Pensaba que eran un invento sensacionalista de los medios de comunicación, especialmente las más macabras o las que hablaban de mafias. Pero había algo que empezaba a volverle loco: había puesto patas arriba media casa pero no conseguía encontrar sus zapatillas de deporte rojas.

Published in: on abril 26, 2008 at 12:17 am  Comments (1)  
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  1. POr los dos post que he leido tuyos, vas a tener un montón de semillas de nuevas historias. La de las zapatillas es un buen comienzo


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