10 de abril 2008
De tanto correr por la vida sin freno me olvidé que la vida se vive un momento. De tanto querer ser en todo el primero me olvidé de vivir los detalles pequeños.
Desde su mansión caribeña, la canción le martilleaba la cabeza. Le rodeaban discos de oro y sus cuentas en el banco no podían estar mejor, pero se sentía viejo. Su exmujer cumplía veinte años de casada con el exministro y su hijo ocupaba desde hacía tiempo más portadas que él. No debería tener motivos, después de haberlo tenido todo. Acababa de cumplir los 65 y se sentía cansado. Triste y sólo.
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